Ermita de la Virgen de la Calzada, Brías
Capiteles de gran valor artístico entre ruinas
- • Construcción: Siglo XII
- • Estilo arquitectónico: Románico
- • Declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento (1996)
- BRÍAS
La Ermita de Nuestra Señora de la Calzada de Brías, está situada a las afueras del pueblo en la carretera que conduce a Nograles, junto a un manantial y unas huertas. Fue en su día la iglesia de la localidad hasta que se erigió en el centro de la misma el actual y monumental templo barroco de San Juan Bautista. Arruinada la techumbre de la nave, se dedicó luego a cementerio el espacio que quedó al descubierto. La fecha de su construcción puede situarse en los primeros años del siglo XII.
Está construida en mampostería, parcialmente enfoscada, con refuerzos de sillería en las esquinas, y ábside semicircular. Los canecillos de la cornisa son de dos nacelas superpuestas. Artísticamente destacan su portada y los dos capiteles que sustentan el arco de triunfo, cuyas piedras son de una dureza increíble y de buen color beige.
Una portada con valiosos capiteles
Pero, sin duda, lo más interesante es la portada, muy bella, de seis archivoltas, con baquetones, especie de óvalos enmarcados con delicado festón, grueso sogueado y una franja con uná especie de nidos de abeja. Por fuera, la chambrana dispone de bolas. Entre los muy rotos capiteles, uno ostenta un bello entrelazado.
Para Gaya Nuño esta portada está influenciada iconológicamente por el taller del Rivero de San Esteban de Gormaz, y su capitel entrelazado recuerda al de Tiermes, Caracena y Andaluz.
Asimismo, su arquivolta sogueada es un motivo que hallamos en Matamala de Almazán y Lodares del Monte. Una sirena de doble cola, como las sanestebeñas aunque más ruda, se labró en uno de sus capiteles, que se guarda en la parroquial de San Juan. Otro de los capiteles tiene cuatro arpías.
En el interior, el capitel de la derecha presenta una esquematizada Virgen con el niño sedente en su centro, tan sencillamente labradas y buen estado de conservación que sorprende vivamente al espectador.
A un lado, aves luchando; al otro, un juglar tocando un instrumento de cuerda y una mujer bailando. Enfrente se encuentra el otro capitel en el que un oso se dispone a atacar a unos hermanos siameses que portan un hacha y otro arma sobre los hombros, mientras parece que reciben auxilio de un caballero.
Destacaremos también la gran cruz que hay sobre el piñón de la nave.