Tierra del Valle
El valle del Tera y el Razón, "la Suiza soriana"
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• El Tera y el Razón
La comarca tiene forma de valle abierto, con suaves pendientes cubiertas de hayas y robles, salpicados de vez en cuando por sauces y fresnos. La blancura de sus pueblos, el modo de hablar y algunas costumbres recuerdan aires de Andalucía, importados por ganaderos y pastores de la trashumancia.
La zona fue en otra época lugar de descanso y refresco de la nobleza soriana, como se puede observar en la cantidad de palacios y castillos de sus pueblos. La construcción popular diferencia dos tipos de casas: la típicamente serrana, propia de núcleos de población pequeños, y la casa de entramado, característica de los lugares que han gozado de importancia a través de los años. Las primeras se encuentran en zonas próximas a las montañas; las otras, en asentamientos localizados en andanadas o en laderas soleadas.
El río Tera
Remontando el curso del río Tera son lugares de mención Chavaler, con su iglesia del siglo XVIII y los lavaderos de lana de los condes de Fuerteventura, y, antes de llegar a Gallinero, la casa fuerte de San Gregorio, protegida por almenas y cuatro torres cilíndricas defensivas de esquina. El marqués del Vadillo dice que fue construida en 1461 por Diego López de Medrano, dueño del mayorazgo fundado en 1394 por Catalina Rodríguez de Medrano. Durante el siglo XVI se añadió a la casa una iglesia y un convento, construidos por Francisco de la Piedra, maestro de cantería. El conjunto arquitectónico se conserva en buenas condiciones, gracias a una restauración reciente.
Gallinero, por su parte, ofrece uno de los pocos restos del gótico civil de la provincia y un camino hasta Garagüeta, uno de los acebales más importantes de Europa. Otro bosque espléndido, ahora robledal centenario y sólido, nos espera en el entorno de los Santos Nuevos, ermita de Almarza. En esta bella localidad destacar la iglesia de Santa Lucía, bella muestra del gótico soriano; la ermita de la Soledad o la Casa Palacio de la Familia Montenegro, que ponen telón de fondo a la tradición del Traslado del Arca, evento que rememora un contencioso secular mantenido con la vecina localidad de San Andrés de Soria.
El río Razón
El otro río y pequeño valle de la comarca es el Razón, por antonomasia El Valle, nombre que refleja los verdes prados e importantes extensiones de fresnos, álamos y chopos que pueblan todos sus rincones. Tera guarda el acceso al Valle. Antiguamente fue centro neurálgico de la cabaña de ganado trashumante de los marqueses del Vadillo. Su palacio, de hermosas ventanas góticas de finales del siglo XV, contrastaría sin duda con las dependencias que se utilizaban para esquilar, lavar y secar las lanas, y con los almacenes donde se guardaba ya limpia, seca y seleccionada. En Valdeavellano, su iglesia guarda valiosos retablos de Tierno el Mozo, y en el castillo de las Espinillas, por encima de una ermita, subsisten restos de un castro celta o celtíbero que ocupa una buena extensión.
Más hacia la sierra Cebollera se encuentra Molinos de Razón, formidable mirador del Valle, rico en fuentes, prados y huertas, con caseríos de piedra viva enjalbegada de cal. Qué decir de Sotillo del Rincón, enclave de magnífico sabor indiano tanto en fuentes como en caserones. O Villar del Ala, el otro mirador del Valle, antiguo enclave como atestigua su menhir-estela ahora expuesto en el Museo Numantino.
Municipios de Tierra del Valle
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La mantequilla, patrimonio de El Valle
- • La comarca ha concentrado tradicionalmente una importante densidad de ganado de ordeño, por lo que no es extraño que de ella procediera la fórmula de la mantequilla azucarada, hecha a base de manteca de vaca, azúcar y agua. La mezcla se bate, con energía y paciencia a raudales, con el manzadero o manzador, útil habitual en este menester, hasta que los ingredientes se homogeinizan a la perfección.
- Una vez batida, la mantequilla se introduce en una manga de pastelería con boquilla y, sobre un papel parafinado, se forman con ella bloques que habrán de guardarse en lugares frescos. En la actualidad, la fabricación de mantequilla azucarada ha pasado al monopolio casi exclusivo de las confiterías de la capital.