Tierras Altas
Icnitas en el corazón de la poderosa Mesta
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Tierras Altas se extiende al norte de la provincia de Soria. Comarca serrana, de formas ya muy gastadas por la acción erosiva, abarca las tierras que fueron antiguo patrimonio de la todopoderosa Mesta. Aunque hoy, aquellos ecos de siglos compiten con otros mucho más remotos, de millones de años atrás: las icnitas, las huellas fósiles de dinosaurios. Más de una docena de yacimientos de icnitas se distribuyen por Tierras Altas, siendo hoy uno de los atractivos turísticos de la zona.
Desde la parte oriental de la sierra Cebollera, hasta las estribaciones más occidentales de las sierras del Madero y del Almuerzo, ocupando la zona central de los antiguos montes Idúbedos se dilatan las tierras montuosas de la Mesta, hallando su posible centro en los relieves de Oncala. Antiguos hayedos, robledales y encinares, hoy en regresión, aparecen sumergidos entre los buenos pastos de agostadero que propiciaron la cría de rebaños de ovejas merinas trashumantes.
Además de pastos, las altas Tierras de Magaña, de Yanguas, de San Pedro Manrique y de Oncala dan nacimiento a aguas tributarias del Ebro. Así, los ríos Cidacos, Linares y Alhama acercan la Sierra a las planicies agrícolas de la Rioja baja y de la Ribera navarra.
La repoblación tuvo lugar casi un siglo después de la reconquista de la Sierra (en el año 926) por el rey García de Navarra. Siglo de inquietud a causa de las correrías bélicas de los musulmanes, al que sucedería una época más tranquila al situarse la frontera en el Duero. Repoblada la Sierra, comenzaría una etapa de prosperidad económica a la que no fue ajena la presencia de comunidades judías. Pastos y merinas harían la riqueza de la comarca.
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Patrimonio de Tierras Altas
- • Los Reyes Católicos alentaron el desarrollo de la Mesta, favoreciendo siempre sus derechos sobre los de los agricultores. Prohibiendo el cercado de tierras comunales y autorizando la tala de bosques, permitieron la creación de grandes pastizales. Consecuencia de estas medidas fue el que las sierras sorianas albergaran unos cuatro millones de ovejas a principios del siglo XVI. Este favoritismo real tenía una explicación muy sencilla: la afluencia de dinero que la Mesta procuraba a la Corona, mediante impuestos pagados por todos los ganaderos.
- • El poderío de la Mesta y, en consecuencia, de la ganadería soriana, se mantuvo hasta las desamortizaciones del siglo XIX. Su efecto fue muy negativo. Cuando se disolvió la asociación ganadera, las desamortizaciones acabaron con numerosos terrenos comunales, dando origen a un dramático minifundio y al inicio de la intensa emigración de la comarca y de la provincia entera.
- • Testimonios de aquella pasada grandeza, ligada al poder de la Mesta, son las casonas edificadas por los ganaderos en Magaña, Oncala, Yanguas, San Pedro Manrique, Narros o Almajano, destacando los gigantescos dinteles en las casonas de estas dos últimas localidades. En todas estas poblaciones abundan los escudos blasonados, la piedra de sillería y la rejería.
- • Monumentos importantes y especiales de la Sierra son los restos del castro celta de Castilfrío, que atestiguan la dedicación ganadera de sus habitantes desde hace más de 2.000 años, la iglesia románica de Cerbón, la iglesia almenada de Valtajeros, los castillos de Magaña, San Pedro Manrique y Yanguas, y la torre románica de esta última villa.
- • Oncala, epicentro de la comarca, cuenta con una importante colección de tapices, tejidos sobre cartones de Rubens, y de casullas bordadas de seda y oro. Su tradición ganadera, que sirvió de modelo para las reglas de la Mesta, le dio suficiente riqueza como para crear uno de los mejores conjuntos arquitectónicos de las montañas peninsulares. Es muy notable la rejería que decora los muros de sus casas ganaderas, edificadas en piedra de sillería. También de hierro forjado están fabricadas las elegantes cruces que se orientan hacia la iglesia depositaria de los antes mencionados tapices. Otra muestra de su bella arquitectura popular es el frontón, de sillería, rodeado de una plácida alameda.