La guarda de Alfonso VIII
La guarda de Alfonso VIII (EL ROMANCERO DE SORIA)
UBICACIÓN DEL RELATO Soria
≈ Por BONIFACIO SANZ DE PABLOS
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I
- Ricoshomes y pecheros
- tiene Soria en pie de guerra,
- levantados los rastrillos,
- y bien guardadas las puertas;
- arqueros hay en sus torres
- y detrás de las almenas
- de sus muros, que repiten
- uno en pos de otro, el alerta
- que desde el fuerte castillo
- deja oír el centinela;
- del Homenaje, en la torre
- el pendón Real gallardea,
- señal de que en su recinto
- egregio huésped se hospeda;
- nobles, de hierro cubiertos
- y calzadas las espuelas;
- escuderos, que del diestro
- lleván corceles de guerra;
- mesnaderos, sobre el hombro
- las picas o las ballestas,
- invaden todas las calles
- y se empujan y codean.
- Aquí un numeroso grupo
- de soldados, bebe y juega;
- allí un paje, cuanto sabe
- de boca de una doncella
- de su señora, a otro grupo
- de gentes del pueblo, cuenta;
- unos hablan, otros ríen,
- votan unos y otros truenan;
- pero en los rostros de todos
- se ve la señal impresa
- de que el miedo no conocen
- y que a la lucha se aprestan;
- que a Castilla probar quiere
- Soria, que en cuanto a firmeza
- nadie con ella se iguala
- ni en lealtad la supera.
-
II
- De León el Rey Fernando
- se aproxima a la ciudad
- para exigir por la fuerza
- lo que no conseguirá:
- la entrega de Alfonso octavo,
- niño a quien juró guardar
- Soria, hasta que le declaren
- las Cortes mayor de edad.
- Quiere el de León el Reino
- en su nombre gobernar,
- y hacer de Castilla un feudo
- con que su reino ensanchar.
- Cortes hanse reunido
- en la soriana ciudad,
- y acordado, que supuesto
- la guerra puede acabar
- haciendo del Rey entrega,
- entréguenle y haya paz;
- pero como los de Soria
- consideran desleal
- este proceder, las armas
- han decidido empuñar,
- y defender con sus vidas
- la vida y la libertad
- del niño Rey, que por buenos
- confiado les está.
- Mensajeros ha mandado
- al de León la ciudad,
- para que por cierto tenga
- que en la plaza no entrará,
- que están por su Rey Alfonso
- dispuestos a pelear,
- y que mientras uno aliente
- defensor en él tendrá;
- que antes que vivir sin honra,
- es preferido y sabrán
- morir con ella, que al cabo
- el que muere por leal,
- honra, y no poca, a los suyos
- puede con su muerte dar.
- El de León, que no espera
- resistencia en Soria hallar,
- y que no cuenta con fuerzas
- para poderla tomar,
- en tratos con los tutores
- del Rey se decide a entrar,
- para ver si lograr puede
- sus intentos por la paz:
- así a los suyos lo dice;
- y al saberse en la ciudad
- la nueva, por los que fueron
- con Don Fernando a tratar,
- una comisión se nombra
- que al de Lara fue a buscar,
- por ser el de Lara el mismo
- que el Rey les dio a custodiar;
- y tomando la palabra
- el noble de más edad,
- de esta manera, las crónicas
- cuentan, se hubo de explicar:
- —«Libre vos dimos al Rey
- Don Alfonso, e la cibdad
- que le ha defendido exige
- que, pues libre vos le da,
- por el honor suyo e vuestro
- libre habeisle de guardar.»
- Publicada en Recuerdo de Soria, núm. 1, 1881 (2ª edición 1893), págs. 19-21.
- • Recopilado y anotado por Florentino Zamora Lucas, Correspondiente de la Real Academia de la Historia.
- • El nombre de los pueblos concuerda con el que era utilizado en la época del texto.
≈ Bonifacio Sanz de Pablos
- Nacido y muerto en Soria, 1848-1904, donde fue jefe del Centro de Telégrafos. Compuso numerosos romances y el opúsculo en verso Tipos de Soria (1897). Publicó en «Recuerdo de Soria» varias leyendas («Antes que cobarde, muerto», «El Campo de la Verdad», «La guarda de Alfonso VIII» y «La muerte de Garcilaso») y colaboró también en otros periódicos locales.
- Publicamos en CaminoSoria.com las cuatro leyendas mencionadas.