Murallas medievales
Más de cuatro kilómetros de perímetro
- • Fecha de construcción: Siglo XII.
- • Declaración de monumento año 1929
- SORIA
Soria fue durante la Edad Media una de las plazas más y mejor fortificadas. Su muralla, con un perímetro de más de cuatro kilómetros, fue construida en mampostería con sillares en las esquinas, siguiendo las cumbres de los cerros del Mirón y el Castillo. La ciudad comenzó a ser fortificada tras el ataque de Sancho VII el Fuerte de Navarra a comienzos del siglo XIII, reforzándose a finales de ese siglo por Sancho IV de Castilla.
A lo largo de esta muralla existieron seis puertas flanqueadas con sus respectivos cubos, cuatro postiguillos (pequeñas puertas abiertas en el recinto) y un portillo (mayor que estos y menor que aquellas). Hoy en día no se conserva ninguna (salvo el pequeño Postiguillo de San Ginés), pero de las que se conoce su situación y nombre.
En el sur, cerca del cementerio, estaba la puerta conocida como de Valobos o de El Sur. Cerca del antiguo convento de Santa Clara había un postiguillo y cerca de la calle Alberca se abría uno más, el Portillo de Santa Clara. La Puerta o Arco de Rabanera un poco más adelante, en el arranque de la calle Caballeros; la monumental y principal Puerta del Postigo en el Collado y la Puerta del Rosario en la plaza que lleva su nombre, frente a la iglesia de Santo Domingo. La Puerta de Nájera o del Mirón se abría al norte en la actual salida a la carretera de Logroño. Junto al Duero se encontraba el Postiguillo de San Ginés (el único que se conserva), frente al puente la Puerta de Navarra y un poco más adelante, junto al Sotoplaya, el Postiguillo o Postiguillo de San Pelegrín.
Durante la Guerra de la Independencia el general Durán recuperó la ciudad de manos francesas, pero en 1812 ordenó la demolición del castillo y de las murallas para evitar que volviese a caer en manos enemigas, conservándose solo algunos tramos.
Galería Fotográfica
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Un poco de Historia
- • Parece ser que se construyó durante el siglo XIII en tiempos de Sancho IV, pues un documento de esta época habla sobre el dinero destinado a la "cerca de la viella" de Soria. La ciudad nació a la sombra de su castillo, extendiéndose a lo largo de una amplia y larga cañada, entre dos cerros, el del Mirón y el del castillo. El recinto amurallado cubría una superficie cercana a las 100 hectáreas con un perímetro de 4100 m, la misma longitud que el amurallamiento de la Jerusalén vieja.
- • El límite natural del Duero propiciará su desarrollo urbanístico hacia el oeste, ascendiendo por el centro de la vaguada hasta ocupar las zonas más altas formando las 35 Collaciones o parroquias según el Censo de 1270 que mandó hacer el rey Alfonso X el Sabio.
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El perímetro
- • Partiendo del Cerro del Castillo, por el sur bordea el cementerio continuando en curva por la calle Santa Clara, Alberca y Puertas de Pro por el oeste, buscando dirección norte. Pasa por Santo Tomé y continúa ascendiendo hasta alcanzar la altura del Paseo del Mirón, toma dirección Este buscando la Ermita de Nuestra Señora del Mirón y desciende por la ladera del monte hacia el Duero, donde bordeando el río regresa al Cerro del Castillo.
- De todo este recinto quedan importantes vestigios con lienzos y cubos cerca del convento de Santa Clara, en el Paseo de Mirón, el descenso al Duero y en el Postiguillo, además de algunos restos que sirven de soporte a las casas de la calle Puertas de Pro. El tramo que discurre junto al Duero está realizado con piedras sillares sin cubos, puesto que el río actúa como barrera natural, mientras que el resto de la muralla está construida en sillarejo o mampostería, es más elevada y está reforzada con cubos cilíndricos.
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Puerta o Arco de Rabanera
- • Situada al final de la Calle Caballeros y protegida por el Palacio de los Marqueses de Alcántara se encontraba la Puerta de Rabanera o, como se conocía popularmente, el Arco de Rabanera que recibía su nombre de la iglesia de San Juan de Rabanera situada un poco más arriba. Se conservan gravados, fotografías e incluso un plano en el que se muestra su alzado y planta que dan muestra de su precario estado de conservación antes de ser declarada ruina y derribada en 1893.
- • Lo más probable es que esta puerta no se alzara desde los inicios de la construcción de la muralla o fue reformada en una época posterior pues la técnica empleada en su construcción no es la usada en el resto de la muralla ni corresponde a la de otras puertas coetáneas a las de Soria como las de la villa de Almazán. La construcción estaba constituida por dos torres de planta cuadrada realizadas en mampostería con sillares en las esquinas que flanqueaban un arco de medio punto que perecía apuntarse ligeramente en la parte posterior. Sobre éste aprovechando la construcción, una humilde vivienda abría sus balcones a ambos lados de la puerta.
- • La parte baja de la torre del Palacio de los Marqueses de Alcántara, construida en buena piedra de sillería, corresponde a uno de los dos cubos que flanqueaban la Puerta de Rabanera; por lo tanto el único vestigio que se conserva de las puertas de la Ciudad.
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Puerta del Postigo, la principal de la ciudad
- • A la salida del Collado junto a la Plaza de Herradores se alzaba la monumental Puerta del Postigo que era la puerta principal de la Ciudad. Estaba protegida por el Palacio del Marqués de Vargas, del que únicamente se conserva su imponente escudo colocado en la fachada del edificio que posteriormente ocupó su lugar. Su nombre se ha atribuido por algunos autores al suceso que tuvo lugar en este lugar cuyo protagonista fue Micer Garcilaso, Merino Mayor de Castilla y hombre de confianza de Alfonso XI:
- "Dispuestos a vengarse los sorianos y a escarmentar al que los había insultado, idearon una salida en que pudieran cogerlo desprevenido con los nobles de su comitiva. Para conseguir su objeto socavaron el fuerte muro de la ciudad por la parte que daba frente al monasterio, y abriendo un postigo pequeño que cubrieron por la parte de afuera con un ligero tabique, esperaron el instante en que los atalayas colocados encima de la muralla diesen el aviso oportuno. Llegó este con efecto; Garcilaso y su pequeña corte regresando de una excursión por las cercanías, apeábase a la puerta de su alojamiento cuando los de la ciudad empujando el ligero tapial que los ocultaba, se lanzaron detrás de ellos. Aun tuvieron espacio los perseguidos para encerrarse en el monasterio [...]. Sangrientas fueron las escenas de que fue teatro el monasterio; el tumulto dio con Garcilaso en la iglesia, donde disfrazado con un hábito de fraile, estaba arrodillado con un breviario en la mano vuelto al revés, en lo cual le reconocieron porque no sabía leer, y allí le concluyeron a puñaladas."
- • Se conserva la importante descripción que realizó Nicolás Rabal en el siglo XIX tras ser derribada en 1865. "Entre los dos tambores cilíndricos que a distancias iguales de las jambas defendían la entrada, se alzaba una espadaña con un vano ocupado por la campana de un reloj; debajo se veía la esfera que en caracteres arábigos señalaba las horas; entre esta y el arco de entrada, el águila dorada con el escudo de la Casa de Austria en tamaño colosal, y, a derecha e izquierda del arco dos lápidas de mármol con unas inscripciones en que se declaraba como Soria, leal siempre a sus reyes, al aceptar la nueva dinastía de Borbón, había capitulado con el rey Felipe V, concertando que las armas imperiales de la Casa de Austria se conservarían perpetuamente en aquel sitio público, como grato recuerdo de su dominación. La torre del reloj fue realizada en el siglo XVII por el cantero Juan de las Cabadas".
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Postiguillo de San Ginés
- • Al final del Camino de San Ginés junto a las ruinas de la iglesia del mismo nombre se conserva un pequeño postiguillo, el Postiguillo de San Ginés, que daba acceso al río Duero desde esta parte de la Ciudad.