Gr-86 Tardelcuende - Almazán
POR TIERRA DE BERLANGA Y ALMAZÁN
Tardelcuende - Almazán, entre masas de pinos resineros
- • Tiempo estimado: 4 horas y 20 minutos
- • Recorrido: 16,8 km
- • Dificultad: Fácil
- • Bicicleta: 100%
- • Época del año: todo el año
Etapa de 16,8 km. trazada mediante un sistema de caminos antiguos, pistas, caminos de rodadura y sendas, que atraviesan un extenso pinar resinero en su mayor parte, dando paso al final a un paisaje agrario que circunda la villa de Almazán.
Lugares de interés
Entre Tardelcuende y Fuentelcarro el recorrido se encuentra presidido por el pinar resinero. Este pino, también conocido como negral (Pinus pinaster), se encuentra ampliamente extendido por la zona centro de la provincia de Soria, sobre suelos de textura arenosa y sobre depósitos fluviales próximos al Duero. Su resina era extraída mediante incisiones en el tronco descortezado, y posteriormente pasaba a una industria resinera para la obtención de aguarrás y colofonia. Esta actividad, casi desaparecida, alcanzó gran importancia en los años 50. De todo ésto queda el testimonio de las «caras» o incisiones que presentan los troncos, y de las «Grapas» o chapas metálicas incrustadas en la «caras», por donde circulaba la resina hasta los «potes» de barro. La resina extraída de los potes o «remasa», se acumulaba en latas de 20 kilos y era transportada a hombros por los mismos resineros y llevada a recipientes mayores distribuidos por todo el monte.
Bajo el dominio del pinar es frecuente encontrar matas de rebollo (Quercus pyrenaica), vestigios de la vegetación originaria de una gran parte de la superficie ocupada por el pinar.
Los refugios y casetones que se encuentran dentro de pinar se construyeron en su día con el objeto de que los resineros pudieran cobijarse y pernoctar en los periodos de resinación.
La laguna de las Picazas es un punto de agua que surge de las mayores altitudes de la zona, en las proximidades del punto geodésico de Manzanillos (1.087 m.), al lado de la pista de Fuentelcarro.
Fuentelcarro es una pequeña aldea situada en el borde del pinar, excelente balcón de la villa de Almazán. Poco antes de llegar a dicha aldea pasa por un tramo de monte con ejemplares de pino negral de tamaños considerables.
La villa de Almazán presenta numerosos atractivos artísticos entre los que mencionamos: la iglesia de San Miguel, uno de los edificios más brillantes del románico de la provincia, con amalgama de estilos cisterciense, lombardo-catalán y mudéjar; la iglesia de Nuestra Señora del Campanario, con una bella imagen gótica de la Virgen con el Niño; la iglesia de San Pedro, con excelente grupo escultórico de «La Piedad»; la iglesia de Santa María de Calatañazor, con su magnífico retablo mayor; el palacio de los Hurtado de Mendoza; el recinto amurallado, del que se conservan algunos lienzos de muralla, un torreón y tres puertas de acceso; y la iglesia de San Vicente, convertida en aula de cultura. Merece especial mención por su singularidad la fiesta del Zarrón, celebrada el 17 y 18 mayo en honor de San Pascual Bailón, patrono de los pastores.
Ruta Tardelcuende / Almazán
Sale de la Plaza Mayor de Tardelcuende cruzando el pueblo hacia su parte baja, con la intención de cruzar la vía del ferrocarril. Al momento de cruzarla, gira a la derecha y toma la pista de Fuentelcarro. A los trescientos metros, a la par que la pista se aleja de la vía, se desvía recto para continuar por el Camino de las Carboneras, de rodadura, en paralelo al trazado de la vía. A menos de un kilómetro entra en el pinar resinero, al tiempo que cruza un arroyo generalmente seco. Inmediatamente aparece un cruce. Continúa hacia la derecha manteniendo el rumbo de la vía del ferrocarril. Medio kilómetro más adelante el camino se bifurca. Ahora elegimos el ramal de la izquierda, el cual poco a poco se va alejando de la dirección de la vía. Asciende suavemente hasta un pequeño collado y a continuación se dispone a descender hasta cortar con el fondo de El Valle que le da su nombre. A un lado se encuentra un pequeño refugio de resineros.
Tras cruzar el arroyo surgen tres caminos. Prosigue por el de en medio, según el sentido de la marcha y, un poco más adelante, se adentra en un vallejo, recorriéndolo por su fondo hasta que, transcurridos unos minutos de camino, se desvía hacia la derecha por un empinado arrastradero. En seguida se suaviza y un poco más tarde sale a una encrucijada, donde se encuentra una chapa metálica blanca que indica la división del monte en tranzones de corta. Todavía estamos dentro del pinar. En este punto, si nos dirigimos hacia la derecha, a diez minutos de marcha, nos encontramos con el Casetón del Vallejo de los Bueyes.
Para continuar la etapa, sigue recto tomando una amplia pista que a su vez hace de cortafuegos. Un poco más adelante ignora un desvío a la derecha para seguir recto y, otro poco después, aborda una pendiente bajada por camino más estrecho, a través de una vaguada que desemboca en el vallejo del arroyo de la Mimbrera o también conocido como del Charco Tres Peces. En este punto nos encontramos con un cercado de alambre que parcela el fondo del vallejo con el objeto de ser pastoreado.
Aquí abandonamos el Camino de las Carboneras. Tras cruzar la cerca por su portera y volver a cerrarla, unos metros después repetimos la operación para salir del redil, frente a un camino arrastradero. Reemprende la marcha ascendiendo por el arrastradero, al principio en fuerte pendiente, sobre un pequeño cordal que poco a poco se va difuminando hasta convertirse en llano. Al kilómetro de iniciarse el arrastradero, en una bifurcación, se desvía hacia la derecha para, unos pasos más adelante, salir a un cortafuegos.
Tras cruzar el cortafuegos en el sentido de la marcha, conecta con un camino de traza poco marcada. Poco a poco el camino se desdibuja, estrechándose su traza entre matorrales de brezo. Enseguida se divisa la fachada blanca del refugio de El Rascón, hacia donde hemos de dirigir nuestros pasos. Junto al refugio aparece la traza de un camino con el que enlaza a continuación. Un centenar de metros más adelante, corta con una rodera bien marcada, por la que sigue hacia la izquierda durante unos minutos para dar con la pista o Camino de Fuentelcarro.
En el cruce, vira a la derecha y se dispone a seguir la pista a lo largo de unos tres kilómetros, pasando primero por el punto geodésico de Manzanillos y después por la Laguna de las Picazas, hasta desviarse en oblicuo a la izquierda por un camino de rodadura trazado sobre un cortafuegos. Al kilómetro aproximado de camino, llega a una encrucijada y la pasa de largo según el sentido de la marcha. Doscientos metros más y abandona la calle-cortafuegos hacia la derecha, para tomar un camino poco marcado en sus inicios. Andados unos metros, la traza se hace patente y, a través de un pinar de viejos ejemplares con sotobosque de enebro, sale a otro camino, a unos pasos de recuperar la pista principal de Fuentelcarro. En este momento el recorrido sale del pinar y lo que resta discurrirá entre campos de labor. A poca distancia se ve el pueblo de Fuentelcarro.
Ahora dirigimos nuestros pasos hacia él y, al poco, vuelve a abandonar la pista por un camino de rodadura que bordea el cementerio por la derecha, para salir a la carretera de Tejerizas a la altura de la entrada al pueblo. Desde este alto se abre una amplia panorámica de grandes extensiones de campos de cereal, cambiando por completo el paisaje. Tras cruzar la carretera, parte un camino con el firme de hormigón en sus primeros metros. Desciende por éste observando la villa de Almazán al fondo, objetivo que alcanzará a los tres kilómetros de marcha por esta misma pistaDespués de cruzar la vía del ferrocarril, entra en Almazán -final de etapa- por la calle conocida como camino de Fuentelcarro.
Diputación Provincial de Soria. Departamento de Desarrollo Económico y Turismo
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Alojamiento más cercano
- Dormir: Tardelcuende, Almazán
- Comer: Tardelcuende, Almazán