La Virgen del Mirón, Soria
Aparición de la Virgen del Mirón en Soria
≈ Por el P. DAMIÁN JANÁRIZ
Por los años tristes de la invasión agarena en el siglo VIII, escribe el P. Damián Janáriz, en su manuscrito sobre la Historia de las Vírgenes Sorianas, que conservamos inédito, los buenos sorianos, temerosos de que la imagen de su virgen fuese profanada por los secuaces de Mahoma resolvieron ocultarla en lugar donde fuera difícil encontrarla, y para, esto escogieron un altozano próximo a la ciudad y allí la enterraron dentro de una caja cubierta por una gran piedra.
Al correr de los años y el mudarse las generaciones durante la prolongada dominación agarena y obligada despoblación de Soria se perdió por completo la memoria de la Virgen y del lugar de su entierro.
Difícil hubiera sido su recuperación, a no ser mediante un milagro. Y el milagro se obró, nos dice el P. Janáriz.
Hallábase un modesto labrador trabajando con sus mulas en el mismo lugar que hoy ocupa la Ermita de la Virgen del Mirón. De improviso, las bestias se detienen, sin que el labrador consiguiese hacerlas continuar su trabajo. Imprecaciones, látigos, palos, todo resultaba completamente inútil. Las mulas continuaban inmóviles, como clavadas en la tierra por fuerza invisible.
Cuando más enojado y furioso se hallaba el labrador oyó una dulce voz que le decía: «Mira, Mirón», vuélvese el labriego a todas partes de su derredor, pero no veía quién le hablaba. Vuelve a reanudar su labor y sus tareas, pero todo en vano, las mulas no se movían.
Confundido y vencido suelta sus bestias y éstas se dirigen a sus establos mansas y normales. El buen hombre comunica el suceso , a cuantos encuentra a su paso. La noticia se divulga, corre de boca en boca y la multitud de curiosos corre al lugar del hecho. Las autoridades disponen la excavación del terreno. A medio metro de profundidad toparon con una gran losa, removida ésta, los ojos atónitos de los presentes pudieron admirar la devota imagen de la Virgen enterrada siglos atrás por sus antepasados. Cayeron todos de rodillas y sus labios pronunciaron devotas oraciones. Al poco tiempo, aquel labrador citado fue víctima de un sueño letárgico que le duró varias horas, durante las cuales solamente articulaba estas palabras. «Mira, Mirón; Mira Mirón».
Las autoridades y todo el pueblo de Soria comprendieron con esto que el título de la Virgen, tan milagrosamente hallada, habría de ser el de Nuestra Señora la Virgen del Mirón».
- –Se halla en Historia de las Imágenes y Santuarios de la Santísima Virgen María en la diócesis de Osma. Mss, Aranda, 1940,
- • Recopilado y anotado por Florentino Zamora Lucas, Correspondiente de la Real Academia de la Historia.
- • El nombre de los pueblos concuerda con el que era utilizado en la época del texto.