La Cadena y la Virgen de la Llana
El conde de la Cadena y la Virgen de la Llana
UBICACIÓN DEL RELATO Almenar
≈ Por GERARDO ESCUDERO
Refiere la tradición que por la inmediata villa de Almenar, sobre la que han pasado y han dejado huellas indelebles las dominaciones romana y árabe; la villa del famoso Castillo y del venerado Santuario; que allá por el año 1772, pasó en dirección a la del Oso y del Madroño, el noble caballero navarro Don Antonio Flon y Sesma, natural y vecino de la ciudad de Pamplona, que había sido condenado a la última pena por los tribunales de aquella época, de resultas de la causa que hubo de seguírsele a consecuencia de una vil calumnia y falsos testimonios, que contra el referido caballero se levantaron por algunos de los muchos enemigos que tenía, creados por su gran poder y por las merecidas glorias que supo conquistarse, acusándole de traidor a su rey, de conspirador contra el trono, de monedero falso e imputándosele otros varios delitos de lesa majestad.
No estando conforme el de Sesma con el fallo recaído, era conducido a Madrid en una galera, en concepto de prisionero de Estado, escoltado con doble guardia y con los ojos vendados, cuando de etapa en etapa, llegaron a la villa de Almenar.
Devoto el de Sesma por la Virgen de la Llana y sabedor de que existía en dicho punto una ermita para el culto, a la cual él profesaba, desde su niñez, especialísima devoción, solicitó y obtuvo del Jefe de la Guardia permiso que le fue inmediatamente concedido para entrar en el Santuario; constando de la misma tradición, que en breve se prosternó ante la Virgen y le dirigió ferviente plegaria en súplica humilde y encarecida de que se dignase escuchar sus ruegos e interponer su intercesión, a fin de que apareciese justificada su inocencia, que no podía en manera alguna patentizar ante los jueces, y reivindicada su fama y honra a los ojos del mundo. Terminada la oración dicen, que fue preciso proseguir el calvario hasta Madrid, en la misma forma que lo hizo hasta Almenar, compareciendo, tan luego como llegó, ante el Tribunal Supremo, del que solicitó la más pronta y detenida revisión de su voluminoso proceso, el cual, al ser tomado por manos de los Jueces, apareció con los folios en blanco, y sin que se encontrasen escritas más palabras que las siguientes: Calumnia, Falsos testimonios, visto lo cual por los que componían el Tribunal, declararon la inocencia del procesado.
Admirado por todos el suceso, luego que en alas de la fama se propaló a los cuatro vientos, el noble caballero atribuyó el hecho a la intercesión de la Virgen de la Llana a quien rogó tanto y tan fervorosamente; y en su virtud, ofreció en aquellos momentos regalar a la venerada imagen una gran cadena de oro, en testimonio de su eterna gratitud, al singular y sobrenatural beneficio obtenido por su mediación, y cuyo ofrecimiento realizó aquel mismo año, y con cuyo plausible motivo llegó a apellidarse el Conde de la Cadena.
He ahí lo que nos refiere tan hermosa tradición. Mas, puestos en el caso de comprobar, si encierra algún punto de veracidad indiscutible, podemos de hecho confirmar que, el escudo de Flon y Sesma va unido a la imagen de la Virgen en los diversos grabados que hemos visto, y que de él pende gruesa cadena.
Segundo. Consultados antecedentes resulta: que la cadena de oro, con un medallón del mismo metal, de peso de 19 onzas, figura en los inventarios de la referida Ermita, a los folios 73 vuelto, 74 vuelto y 77 del libro de Carta-Cuenta del año 1740, en concepto de donación hecha a la Virgen por Don Antonio Flon y Sesma, como así bien, que dicha cadena y otros objetos fueron robados en el mes de junio de 1836.
Tercero. De las cuentas de la Ermita, resulta así bien que Flon y Sesma hizo muchas limosnas, de 1765 a 1791, y regaló además 600 reales para un estandarte.
Cuarto. Según han referido algunos de los más ancianos de Almenar, ya fallecidos, con motivo de la absolución antes referida, por don Antonio Flon y Sesma se celebró una solemne función religiosa con su asistencia y grandes festejos en los que se corrieron toros, y cintas y cucañas en Almenar.
Y por fin, la siguiente carta, prueba que los Flon y Sesma han podido ser objeto de esta tradición. Dice así:
«Diputación Foral y provincia de Navarra. — Archivo. — Particular. — 26 de junio de 1898. Mi querido D. Con el interés que merece he procurado estudiar el asunto que V. me encomendó y a que se refiere la carta del.. " y si bien el resultado no corresponde cumplidamente a las muchas exploraciones que he practicado, ahí van las noticias adquiridas, y quizá por ellas se podrá hacer alguna luz.
»En el tomo 1º de «Escudos de Armas de la nobleza de Navarra», al número 7.063, aparece el escudo de los Flon y Sesma; no es igual al que se ve en la estampa de la Virgen de la Llana, pero indudablemente es de la misma familia por tener comprendidos dos de los cuarteles de aquél: alrededor de éstos tiene la leyenda: Sosegado bive el león porque ya no teme encuentro que le arán que de aquel zentro donde guarda su nación. — Tiene como orla este escudo una gran cadena de oro con un medallón en que se ve la figura de un caballero y al pie del mismo se lee: «Armas de D. Joseph de Flon y Sesma; hixo de D ... Joseph Antonio Flon y Sesma y Zurbarán, y Doña Isabel de Sesma; lo cual da motivo a suponer que este escudo perteneció a algún hermano de aquél de la tradición de Almenar.
»En los libros de la Nobleza ejecutoriada Navarra no aparece el apellido Flon en lugar alguno, pero sí el de Sesma, tal como lo distingue la estampa de la Virgen o sea «un pájaro sobre un corazón en campo morado», por sentencia de la Real Corte en 1704, confirmada en 1747; y añade que eran originarios de la villa de Cintruénigo.
»En la «ley XXII de las Cortes de Navarra de 1794 y siguientes» se declara nula y ninguna la aprehensión de algunas cantidades de dinero hechas por Don Bartolomé Flon, dependiente de las Rentas Reales y domiciliado en Pamplona por los años 1786 y 87; pero no se hace mención alguna de su familia. - Esto es lo único, etc., etc .... Mariano Arigita. - Rubricada».
- Publicado en Recuerdo de Soria, 1900, núm, 7, págs, 61-63.
- • Recopilado y anotado por Florentino Zamora Lucas, Correspondiente de la Real Academia de la Historia.
- • El nombre de los pueblos concuerda con el que era utilizado en la época del texto.