Por el cañón del río Avenales
Despoblado en compañía de rapaces y setas
- • SOMAÉN
Los cortados del cañón de Avenales, habitados por rapaces como el alimoche, el más pequeño de los buitres españoles, o el búho real, con hasta 1,80 de envergadura, nos depararán gratas sorpresas y difícilmente olvidará esta excursión de apenas cuatro kilómetros. Su fauna, su flora y los rojizos espolones pétreos que coronan sus paredes de considerable altura amenizan todo su trazado, que además no representa dificultad alguna. Por añadidura, la visita a un despoblado siempre incluye un plus de aventura.
Para algunos nacidos allí es "Avenales", tal vez por los cultivos de cereal que rodeaban el pueblo. Para otros, "Arenales", puede que por la arcilla roja y el ocre que mancha su cañón. No conocemos la etimología de su nombre, pero es que uno se olvida de todo cuando se adentra en este despoblado, antigua pedanía de Velilla de Medinaceli. Hoy surcan sus desiertas lomas, fuentes que antaño regaran el pueblo: la Fuente de la Cespedera en la subida del pueblo, la Fuente del Maón, hoy seca y que daba el mayor caudal de agua de la zona; la Fuente del Pozo en las Rivillas, de agua salobre ... y en la entrada del cañón el antiguo lavadero, que se alimenta con las aguas de la Fuente del Regachal, de temperatura constante todo el año y de origen kárstico. la Fuente del Pozuelo adorna con un perenne verdor la mitad de la hoz que nos conduce hasta Somaén.
Caprichoso paraje salpicado por cuevas naturales como la de Péñelez, La Campana o la Toba y galerías artificiales de una antigua explotación de hierro que también quedó como Avenales, en el "olvido".
El itinerario
Saldremos de Somaén en dirección este y a escasos doscientos metros de la población giraremos a la derecha para cruzar el doble sentido de las vías del ferrocarril. El camino no presenta ninguna dificultad ni cruce comprometido. Son unos cuatro kilómetros de depresión, entre dos paredes de alturas considerables. Un paisaje para disfrutar hasta divisar el despoblado de Avenales. Una pequeña senda nos conducirá por la derecha hasta el caserío, aunque también se puede girar al final del cañón y acceder por el camino de tierra que en pronunciada cuesta nos llevará al despoblado donde deberemos tener cuidado con las edificaciones en estado de ruina.
Encuentros micológicos
El cañón de Avenales da cobijo a algunos árboles de ribera. Son los esbeltos chopos que pierden sus hojas en el otoño para recibir dos de las especies micológicas más apreciadas por los aficionados: la senderilla (Marasmius oreades), crece formando corros en los prados. Su carne es dulce, de olor a almendras y de color claro, con la ventaja de que no se pudre ni se ve atacada por larvas por lo que se seca con facilidad y se conserva muy bien. Y la seta de cardo (Pleurotus eryngii), una de las especies de setas más conocidas y muy apreciada por su sabor. Su superficie, brillante al sol la hacen inconfundible a la hora de identificarla. Crece en prados y pastizales muchas veces a orilla del cardo corredor (Eryngium campestre).
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Cómo llegar
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Desde Soria capital
- SORIA ► A-15 / N-111 ► Medinaceli ► A-2 ► conexión SO-P-3043 ► SOMAÉN