La leyenda de Ólvega
Leyenda de Ólvega, la segunda Numancia
UBICACIÓN DEL RELATO Ólvega
≈ Por GERVASIO MANRIQUE
Entre los naturales del país, Ólvega se titula la segunda Numancia. El símbolo de su escudo es un castillo, con sus tres torres entre llamas.
Y cuenta la leyenda popular en esta villa, que el rey Don Pedro el Cruel ofreció a los Duques de Medinaceli el señorío de Ólvega. Los habitantes de este pueblo se negaron a aceptar tal vasallaje y contestaron al rey que de ninguna de las maneras acatarían el señorío.
El rey les impuso un castigo y los olvegueños lucharon heroicamente contra las tropas Reales hasta verse vencidos. Pero antes que entregarse, siguiendo el ejemplo de aquellos numantinos que se cubrieron de gloria, se encerraron en el castillo, dieron fuego a su fortaleza y perecieron entre las llamas. Y desde entonces, en su divisa aparece un castillo entre el fuego.
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Pero pongamos las cosas en su punto. No hay tal leyenda, sino un hecho histórico cierto, consignado en una lápida de la iglesia, ocurrido en el año de 1474.
Don Pedro I nada pudo ofrecer a los Duques de Medinaceli, puesto que todavía no había Ducado, hasta 1479 (un siglo después).
Dos incendios sufrió la villa; uno en tiempo de las luchas entre los hermanos bastardos Don Enrique y Don Tello, ayudados por el rey de Aragón Don Pedro IV, contra el de Castilla Don Pedro I, que «entraron por combate y fuerza de Armas en Ólvega, la saquearon y quemaron» (J. Zurita, Anales, tomo II, cap. 25.)
En el año de 1474 Don Enrique IV (no don Pedro I), hizo merced de Ágreda y de Ólvega y sus aldeas al Conde de Medinaceli (después Duque, en 1479). Ni Ágreda, ni Ólvega aceptaron su señorío, y el Conde mandó poner fuego a una torre donde el pueblo de Ólvega se había hecho fuerte. No es cierto (como dice la falsa leyenda), que los vecinos mismos dieran fuego a su fortaieza, fue Don Carlos de Luna y Arellano, Marqués de Ciria y Borobia, Capitán general del Conde.
No hay duda, pues, de que en esta villa de Ólvega existió una torre o fortaleza, cercada y abrasada en 1474, pues así lo explica la lápida que hay en el muro del lado del evangelio, en la iglesia de los Mártires.
Dice así: «Año de 1474 a 14 de marzo el Conde don Agastón de la Cerda, conde de Medinaceli, puso cerco a este lugar de Ólvega con cinco mil hombres de a pie y a caballo y tuvo cercada la torre del dicho lugar cinco días y al fin de los cuales, que fue a 19 de dicho mes puso fuego a la torre, después de haberla combatido cinco días y murieron (abrasados) por el fuego cerca de cuatrocientas treinta personas y entre ellas veinticinco desposadas. (Fue autor del fuego Carlos de Luna y Arellano, Marqués de Castilla, y Ciria y Borovia, capitán general de dicho Conde) Rueguen a Dios por ellos».
Las víctimas de aquel voraz incendio fueron sepultadas en una iglesia románica, que desde entonces tiene el título de los Mártires, que nada tiene que ver con los mártires de Zaragoza, ni de Ágreda.
- Aquí yacen sepultados
- Los mártires inocentes,
- Ejemplo de los pasados
- Modelo de los presentes.
- Tomado este inexacto relato de la obra de Don Gervasio Manrique, La ciudad del Alto Duero. Madrid, 1926, págs. 298-299.
- • Recopilado y anotado por Florentino Zamora Lucas, Correspondiente de la Real Academia de la Historia.
- • El nombre de los pueblos concuerda con el que era utilizado en la época del texto.