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Castillo de Vinuesa

Cumbre del Castillo de Vinuesa

Rutas sierras y montes

Capricho natural con amplias vistas


En el extremo más occidental de la sierra de Cebollera se levanta esta cumbre, siendo una de las más visitadas del macizo. La razón: ser la montaña más esbelta de la sierra. Se halla constituida por una fina arista de conglomerado cabalgada sobre la alargada loma. Estos escarpes dominan, los Hoyos de Iregua, pequeños circos glaciares que dan nacimiento al río homónimo.

En la otra vertiente, un caos de rocas fruto del derrumbamiento dan paso a los pinares que tapizan el valle del río Razón. El cordal posee además algunos ejemplares de pino negro de montaña, de gran interés ecológico. Por otro lado la panorámica desde la cima es bastante amplia y alcanza hasta la ciudad de Soria e incluso el lejano sistema central en días despejados.

Itinerarios

Desde el puerto de Santa Inés (1.753 m) se puede llegar a la cumbre fácilmente recorriendo toda la sierra desde la cumbre de Buey (2.029 m), que queda en la provincia de Soria.

Por la vertiente opuesta (Soria) se inicia la marcha en lo alto de la carretera que une El Royo con Sotillo del Rincón, siguiendo toda la orilla del río Razón para ascender a la cima por el cordal de la Sierra del Portillo.

Desde Villoslada de Cameros

Se toma la carretera a la ermita de Lomos de Orio hasta el paraje del Achichuelo. Aquí, a la derecha, arranca la pista forestal de los Hoyos de Iregua. El tráfico está permitido pero en los últimos kilómetros no se conserva en muy buen estado.

En cualquier caso son cerca de 9 Km. los que debemos recorrer hasta su conclusión, al pie de la cima (queda a la izquierda) y en el borde de uno de los hoyos (circo glaciar). Se puede ganar el cordal de la sierra por la derecha pasando por un refugio de cazadores alcanzando un collado (1.964 m). Siguiendo la cresta por la izquierda se llega a la cumbre, que exige una fácil trepada. Otra opción sería atravesar el hoyo citado hacia la cumbre y ganar la loma y la cima.

www.mendikat.net

Javier Urrutia

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Galería Fotográfica

Cumbre del Castillo El Castillo de Vinuesa Entorno del Castillo

 

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  • Accesos
  • Villoslada (3 h); Achichuelo (2h 30 m); Hoyos de Iregua (1h); Pto. Santa Inés (2h)
  • Datos
  • Monte: Castillo de Vinuesa
  • Sierra: Cebollera
  • Altitud: 2.083 m Prominencia: 177 m
  • Situación: 30T 521973 4651238 | Geo: 42º00'43,62'' N • 2º44'04,71'' W
  • Mapa: Villoslada de Cameros (22-12) (279)
  • Notas: Cima Principal ( Cat.: 1 ).
  • Límites: Esta cumbre es límite con las provincias de La Rioja y Soria.

 

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Ruta por el Acebal de Garagüeta

Acebal de Garagüeta

Rutas sierras y montes

Un acebal con siglos de historia, Garagüeta

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  • DATOS TÉCNICOS 

  • Tipo de ruta: 
  • • OPCIÓN 1: parte en coche y parte andando (por Gallinero)
  • • OPCIÓN 2: en coche (por Arévalo de la Sierra)
  • Distancia: 
  • • OPCIÓN 1: son alrededor de 18 kilómetros
  • • OPCIÓN 2: son 23 kilómetros aproximadamente
  • Dificultad: ninguna 

 

Eligiendo este itinerario conoceremos uno de los acebales naturales más grandes de Europa, un espacio mágico, único por su paisaje y único también por su paisanaje. Un bosque construido a medias entre la mano de la madre naturaleza y por la actividad ganadera que se ha practicado en el acebal desde hace siglos. Así, nos encontramos ejemplares impresionantes y auténticas cuevas vegetales que los animales han ido formando por su paso continuado.

 

Descripción de la ruta


Desde Soria tomaremos la N-111 hasta el pueblo de Almarza. Una vez allí cambiaremos a la SOP-1004 hasta Gallinero.

 

• Opción 1. Deberemos dejar nuestro vehículo nada más salir de esta localidad. A la izquierda parte un camino de unos 3 kilómetros de recorrido dirección noreste que entre antiguos cercados de piedra va ascendiendo suave pero progresivamente hasta entrar en un pequeño bosquete. Siguiendo el arroyo de Hoya Morlero se sale a la pista que atraviesa el acebal de un extremo al otro. 

• Opción 2. Seguiremos desde Gallinero hasta Arévalo de la Sierra, pero no llegaremos a entrar en el pueblo. Una pista de reciente construcción parte a mano izquierda justo antes de la localidad. Este camino va ascendiendo hasta llegar a una larga portilla de piedra. Allí hay que aparcar nuestro vehrculo, atravesar esta cancela y caminar hasta el propio acebal. 

Camino en el Acebal de Garagüeta

 

Más información 

El Acebal de Garagüeta

Este monte de 406 hectáreas es propiedad del Ayuntamiento de Arévalo de la Sierra alberga una de las masas de acebo más extensas de toda Europa, 180 hectáreas, que están actualmente en trámites de ser declaradas Reserva Natural por la Junta de Castilla y León dada su pureza y origen natural. Se sitúa al norte de la provincia de Soria, en el límite con la comarca conocida como Tierras Altas, en un entorno montañoso y cuyo uso ha sido ganadero a lo largo de muchos siglos, Garagüeta era la dehesa boyal del ya mencionado Arévalo y de Torrearévalo y actualmente aún se pueden encontrar pastando vacas y caballos.

El acebo (Ilex aquifolium) es una especie con porte arbustivo aunque si tiene las debidas condiciones puede alcanzar hasta 10 metros de altura. Sus hojas son planas, con agujas punzantes, sobre todo en las partes bajas del árbol para evitar ser comidas, y de un color perpetuo verde brillante. Nacen de cepas que suelen tener varios pies tanto machos como hembras distinguiéndose estas últimas por sus frutos de color rojo intenso. Al aparecer estos en invierno son el alimento de muchos animales en un periodo en el que escasea la comida y son también una de las razones por las es usado como adorno navideño.

El terreno sobre el que se asienta este vegetal podría denominarse pobre, canchales reminiscencia de épocas glaciares, Son zonas húmedas pero en solana. Uno de los elementos característicos del bosque de acebos son los sestiles. Dado lo tupido y apretado de las ramas hay zonas realmente impenetrables, en las que los animales han ido construyendo a causa de su paso continuado esta especie de cuadras naturales. Dentro de ellas siempre hay una diferencia térmica con el exterior de 4 ó 5 grados con lo que son más frescas en verano y más calientes en invierno.

Resultante de la actividad ganadera son las construcciones que los pastores han construido a lo largo de los años. Destaca sobre todas la Choza, una construcción circular, similar a las casas celtas, de planta circular, paredes de mamposterra de piedra, tejado de ramas y doble dintel en la puerta y que fue usada desde los años 30 a los 70 como vivienda de un vaquero de Arévalo.

Almarza

Cabeza de comarca del valle del río Tera, cuenta con 317 habitantes y una naturaleza privilegiada, bosques de robles, pinos y encinas, además del mencionado río que cuenta con abundantes truchas. Destaca su iglesia de Santa Lucía, templo gótico del S. XVI construido por el que fue Inquisidor General y obispo de Cuzco Juan Ramírez. También son interesantes los privilegios reales para el aprovechamiento de sus dehesas compartidos con el pueblo vecino de San Andrés de Soria. Estos documentos se conservan en un arca que guarda cada año alternativamente uno u otro pueblo y cuyas llaves (dos) están en posesión de un representante de cada localidad. Solo se puede abrir en presencia de ambos. 

• Gallinero

Pequeño pueblo de rica arquitectura montañesa, con casas de piedra de dos plantas, dinteles dobles y tapias con tejadillo. Posee una iglesia de grandes dimensiones dedicada a los Santos Mártires.

Arévalo de la Sierra

Propietario del monte en el que se ubica el acebal, cuanta con un centenar de vecinos dedicados en gran parte a la ganaderra. Tiene una peculiar danza llamada del Cordón durante la festividad del Santo Cristo de los Remedios, el 14 de septiembre.

Torrearévalo

Bañado por el río Zarranzano, bajo la Sierra del Alba y la de Montes Claros, Torrearévalo es copropietario junto a Arévalo de la Sierra del Acebal de Garagüeta, una de las masas puras de acebo más grandes de Europa, complementado con el Aula de Interpretación del Acebo situada en la Plaza del pueblo.

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icon_protegidos  Espacios naturales protegidos

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El bosque de acebo más extenso y homogéneo de la Península Ibérica


  • • Reserva Natural

  • ZEPA (Zona de especial protección para las aves). LIC (Lugar de importancia comunitaria)
  • • Casa del Parque de la Reserva Natural del Acebal de Garagüeta. ARÉVALO DE LA SIERRA
  • • Centro de Interpretación del Acebo. TORREARÉVALO
  • Tel.: 676 244 166 - 975 214 170

Galería Fotográfica

Acebal de Garagüeta

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  • Cómo llegar


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  • mapa Torrearevalo
  • Desde Soria capital
  • SORIA ► N-111 ► Almarza ► SO-P-1004 ► Arévalo de la Sierra ► Torrearévalo
  • Hay indicador hacia Garagüeta. El acceso al bosque se realiza por una pista de tierra en buenas condiciones.
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  • ALTITUD: 1400-1700 m
  • SUPERFICIE: 4 km²
  • GPS: 41º 58' 58' N. 2º 25' 51'' W.
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  • MÁS INFORMACIÓN
  • Visitas Guiadas al Acebal de Garagüeta,
  • Casa del Acebo y otros servicios:
  • El Acebarillo s.l. C/ Collado 3, Torrearévalo.
  • 676 244 166 / 975 214 170
  • www.elacebarillo.com
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  • Alojamiento más cercano
  • COMER: Almarza
  • DORMIR: Arévalo de la SierraTorrearévalo

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Un poco de Historia

Acebal de Garagüeta

 

El origen de su nombre no está claro, aunque podría derivar del antiguo euskera o de alguna voz celta o íbera prerromana. La pertenencia de Garagüeta a Torrearévalo y Arévalo de la Sierra proviene de una resolución del siglo XV de la Real Audiencia de Valladolid durante el reinado de los Reyes Católicos.

Garagüeta era inicialmente la dehesa de pasto de Mortero, un pueblo que estaba situado a 2 Km de Arévalo de la Sierra (dirección Almarza). Gallinero y Arévalo se disputaron Garagüeta, y en la comarca se cuenta una singular historia que justifica la situación actual.

A saber. Estando todo el mundo en Mortero celebrando una boda salvo tres pastoras que estaban cuidando el ganado, se produjo un hecho terrible. Al volver las pastoras a casa, se encontraron con que todo el pueblo había muerto, supuestamente envenenados por el agua de la fuente.

Tras el suceso, las pastoras se fueron a Gallinero una y a Arévalo las otra dos, motivo por el cual comienza la disputa por tan deseadas tierras de pastoreo. Los habitantes de Arévalo junto con sus vecinos de Torrearévalo, unen fuerzas para hacer frente a la fuerza de los vecinos de Gallinero, población más grande que las anteriores. La disputa pasó a mayores hasta tal punto que la Santa Hermandad, que se encargaba de salvaguardar la ley, intervino para zanjar la situación. El emisario de los Reyes Católicos hubo de arbitrar la situación según se dice y la cosa quedó como conocemos.

Todavía hoy se puede escuchar a los mayores por aquellas tierras cantar algún verso donde se hace mención de aquel hecho:

Por una salamanquesa desapareció Mortero,
y ojalá desapareciera Cerveriza y Gallinero"

No sabemos cuanto de cierto hay en esta historia, pero Soria siempre ha sido tierra de leyendas, una tierra para soñar, para disfrutar del entorno, del paisaje y dejarse llevar por un mundo de pinos y acebos, de pueblos abandonados, de riqueza natural y de encanto. 

 

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Camino del Agua Soriano. Camino Antonino

Puente romano y al fondo torre de Masegoso

Rutas Camino del Agua o Antonino

Por el trazado de la vía XXVII del Camino Antonino

Entre las aguas del Duero y el Ebro


Puente entre los cauces de los dos grandes ríos del norte peninsular, el Camino del Agua Soriano aprovecha parte del trazado de la Vía XXVII del Itinerario Antonino, entre las antiguas ciudades de Augustóbriga y Numancia. Un recorrido histórico que nos lleva desde la cultura prerromana de los celtíberos a la romana y la medieval, bajo la atenta mirada del Moncayo.

Seis etapas a lo largo de 116 kilómetros:

• Etapa 1: Soria - Arancón
• Etapa 2: Arancón - Masegoso
• Etapa 3: Masegoso - Muro
• Etapa 4: Muro - Vozmediano
• Etapa 5: Vozmediano - Tarazona
• Etapa 6: Tarazona - Tudela

El Camino del Agua Soriano o Camino Antonino

La presencia del agua, por la proximidad de las riberas de los ríos Duero, Queiles y Ebro, es una constante a lo largo de los 116 kilómetros que constituyen el Camino del Agua Soriano-Camino Antonino, una ruta que permite conectar los cauces de los dos grandes ríos de la mitad norte peninsular, uniendo el Camino Natural Senda del Duero (GR-14) y el Camino Natural del Ebro (GR-99). La ruta recorre en sus inicios parte de los vestigios de la calzada romana que se encuentran en tierras sorianas, entre Numancia y Augustóbriga, y que nos lleva desde la cultura prerromana de los celtíberos a la romana y la medieval.

El camino parte de la ciudad de Soria y sigue el curso del río Duero hasta Numancia, desde donde continúa principalmente por la calzada romana hasta Vozmediano (Soria); remonta el cauce del río Queiles y llega hasta Tarazona (Zaragoza) para finalizar en la localidad navarra de Tudela. Además de las localidades citadas, el Camino del Agua Soriano también pasa por Garray, Renieblas, Aldehuela de Peribáñez, La Omeñaca, Masegoso, Pozalmuro, Muro, Aldehuela de Ágreda, Los Fayos y Torrellas, recorriendo lo que se cree que en la antigüedad fue una propuesta de revisión cartográfica del mundo romano; una malla geográfica sobre la que, más tarde, habría de apoyarse la cartografía provincial de detalle.

La ruta está estructurada en seis etapas: la etapa de Numancia y la calzada romana, desde Soria hasta Arancón; la etapa de la Vía Antonina, entre Arancón, Omeñaca y Masegoso; la etapa de la Sierra del Madero, entre Masegoso, Pozalmuro y Muro; la etapa del Moncayo, entre Muro, Ágreda y Vozmediano; la etapa del Queiles, entre Vozmediano, Los Fayos, Torrellas y Tarazona, y la etapa del Tarazonica, que comprende el tramo de la Vía Verde del Tarazonica, entre Tarazona y Tudela.

El sorprendente cambio en la altitud a lo largo del camino, entre los 1.081 metros en la ciudad de Soria y los 268 metros en Tudela, hace que nos encontremos con una evolución en el paisaje digna de admiración: desde infinitas llanuras que cambian de color según la estacionalidad de los interminables campos de cereales a lo largo del año, pasando por zonas de monte bajo, rodeadas de encinas y olivos, hasta profundos parajes en los que se hace imposible distinguir las diferentes especies arbustivas que surgen desde las mismas orillas del río Queiles, arropadas por enormes farallones.

La inmensa "pirámide" del Moncayo, la cumbre más elevada de la provincia y del Sistema Ibérico con sus 2.314 metros de altura, protege al aventurero a lo largo de este recorrido, que ha conservado hasta hoy los vestigios de la unión de tres culturas: la cristiana, la judía y la árabe. Todas ellas lograron convivir detrás de los mismos muros para dejarnos un legado de majestuosas creaciones, como el Castillo de Vozmediano, el Torreón de Masegoso o la monumental ciudad de Tarazona.

Espectáculos naturales como el nacimiento del río Queiles en Vozmediano; los farallones y la Cueva del Caco en la localidad de Los Fayos; el Parque de los Lombacos, a medio camino entre Torrellas y Tarazona, entre muchos otros, se alternan con antiguas construcciones en desuso, como antiguos refugios de ganaderos en ruinas, viejas y destruidas fábricas o antiguas estaciones de ferrocarril abandonadas.

 

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Enlaces de Interés

 

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Desde Soria hasta Arancón

 Ruinas y Yacimiento de Numancia © JaDíaz

Rutas Camino del Agua o Antonino

Por Numancia y la calzada romana


  • Camino Antonino
  • icono
  • icono rutas-datos• Tiempo estimado: 5 horas 30 minutos
  • icono rutas-datos• Recorrido: 23 km
  • icono rutas-datos• Dificultad: FÁCIL
  • icono rutas-datos• Bicicleta: 100%
  • icono rutas-datos• Época del año: Todo el año
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  • Lugares de interés   Mapa itinerario   Comer y Dormir
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La primera etapa parte de la ciudad de Soria y finaliza en Arancón, a 23 kilómetros de distancia. En el municipio de Garray, a siete kilómetros siguiendo el curso del río Duero, se encuentra el importante yacimiento celtíbero de Numancia. Garray estaba atravesada por la calzada romana, denominada Vía XXVII en el Itinerario Antonino, que conectaba Asturica Augusta (Astorga) con Caesaraugusta (Zaragoza), una de las dos vías romanas que atravesaban la actual provincia de Soria, uniendo las poblaciones celtíberas de Uxama, Voluce, Numancia y Augustóbriga.

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Lugares de interés 


Ruinas de Numancia Miliario en Renieblas Miliarios en Arancón

 

Soria

La ciudad de Soria, fuente de inspiración de grandes autores de la literatura española, es el punto de partida de la primera etapa del Camino del Agua Soriano, un trayecto de poco más de 23 kilómetros que sigue el curso del Duero para adentrarse en la apacible belleza del paisaje soriano.

Escritores y poetas pusieron letra a la ciudad y su entorno, atraídos por la tranquilidad de sus calles y la inquebrantable presencia del río. Situada en el curso alto del Duero, Soria fue desde muy pronto un enclave estratégico en el paisaje castellano. Ya en el siglo XII, Alfonso I el Batallador le otorga el Fuero Breve a la ciudad, que durante la Edad Media se convierte en cabecera de varias cañadas reales. No en vano, el primer tramo de la primera etapa del Camino Natural sigue la Cañada Real Soriana Oriental, una de las cañadas de la Mesta, que llegaba hasta Sevilla.

Testigos de este pasado histórico son los numerosos monumentos religiosos que podremos visitar en Soria antes de abandonar la ciudad. Entre ellos destacan las iglesias románicas de Santo Domingo, San Juan de Rabanera y San Juan de Duero; la concatedral gótica de San Pedro y su hermoso claustro románico, declarado Monumento Nacional; la iglesia de San Polo, de supuesto origen templario; la iglesia de Santa María la Mayor, del siglo XVI, que aún conserva restos de un templo románico anterior; la iglesia del Espino, una obra del siglo XIV dedicada a la patrona de la ciudad, o las ruinas de la iglesia de San Nicolás, un edificio construido en el siglo XIII cuya portada fue trasladada a San Juan de Rabanera.

Otros edificios religiosos no menos importantes son los conventos de la Merced, de San Agustín y de Santa Clara; el convento y la iglesia del Carmen, fundado por Santa Teresa; las iglesias de San Francisco y del Salvador, y numerosas ermitas, como las de la Soledad, la del Mirón y la de Santa Bárbara, entre las que destaca, en una peña sobre el río Duero, en la denominada Ruta Machadiana, la emblemática ermita de San Saturio, construida en una gruta natural donde supuestamente vivió el ilustre eremita, patrono de la ciudad de Soria.

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San Saturio

Se cuenta que San Saturio, hijo de una noble familia soriana del siglo VI, abandonó sus comodidades y entregó todas sus riquezas a los más pobres para dedicarse a una vida austera en el interior de una cueva situada a orillas del Duero. En este hermoso paraje natural, en el peñasco que cuelga sobre el río, fue construida en su honor una bella ermita de planta octogonal, donde descansan los restos del santo anacoreta desde el siglo XVI.

El templo actual data del XVII y su interior alberga unos interesantes frescos que narran la vida del santo. Uno de ellos, situado en la capilla, da cuenta de uno de los milagros de San Saturio, que puso su capa sobre el Duero para que su discípulo, San Prudencio, pasara el río sin mojarse. El reconocimiento a San Saturio como santo fue concedido por Benedicto XIV en 1743, y desde entonces Soria celebra la festividad de su santo patrono cada 2 de octubre.

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El Cerco Numantino

Situada sobre el Cerro de la Muela, a siete kilómetros de Soria capital, la antigua población celtíbera de Numancia opuso una heroica resistencia a la conquista de Roma, convirtiéndose en un mito que ha llevado a la Real Academia Española de la Lengua a reconocer el adjetivo "numantino" como sinónimo de resistencia tenaz hasta el límite.

Numancia resistió estoicamente 20 años de asedio por parte de las legiones romanas, venciendo sucesivamente a los generales del Imperio, que finalmente enviaron al más famoso, Publio Cornelio Escipión, a doblegar la ciudad. Ésta finalmente cayó por inanición en el verano del 133 a.de C.

Uno de los capítulos memorables del cerco a Numancia fue la llamada Batalla de los Elefantes. Después de que las tropas comandadas por Nobilior fueran derrotadas por numantinos y segendeses, Nobilior pidió ayuda a su aliado el rey Masinisa de Numidia, quien envió en su ayuda 300 jinetes y diez elefantes, que fueron escondidos en la retaguardia para sorpresa de los celtíberos, que nunca habían visto este animal.

La carga de los romanos hizo retroceder a los celtíberos para volver a buscar refugio detrás de la muralla de Numancia, desde donde consiguieron que los elefantes se volvieran contra los suyos y desbarataran sus propias tropas, persiguiendo después al enemigo durante su huida.

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Los Manaderos

En el entorno de la iglesia de Renieblas, junto al cementerio medieval, encontraremos un paraje de unos 100 m2 de extensión donde el agua aflora a la superficie. Se trata de Los Manaderos, unos manantiales entre los que también emergen estelas funerarias. Estos manantiales alimentan el río Merdancho a su paso por la localidad, un curso de agua que pudo ser un canal de origen romano, a tenor de los restos de sillería encontrados aguas arriba en la canalización.

El agua discurre bajo un pequeño puente medieval de dos ojos, que separaba las aguas del canal y las del manantial antes de llegar al lavadero, situado aguas abajo. Las aguas de manantial se utilizaban para lavar la ropa y las del canal, para lavar tripas y lanas.

Aguas arriba fue construida una presa, hoy poblada de una exuberante vegetación acuática y refugio de una variada avifauna. La base de un miliario romano rescatado del fondo de las aguas y colocado en la superficie, en una zona ajardinada junto al conjunto, atestigua el paso de los romanos por la localidad.

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La Sierra del Almuerzo

La Sierra del Almuerzo, divisoria natural de las cuencas del Duero y del Ebro, también es conocida como la sierra de los Siete Infantes de Lara. Narra la leyenda que los Siete Infantes de Lara almorzaron en su cumbre antes de ser traicionados por su tío Ruy Velázquez en la batalla contra los sarracenos, en el valle de Araviana. Una piedra de arte rupestre en el lugar, el conocido como "Piedro de los Siete Infantes", conmemora este episodio.

Por la Sierra del Almuerzo también discurre la Cañada Real Soriana Oriental. Su cota más alta, el cerro del Almuerzo, alcanza los 1.556 metros. Las especies vegetales predominantes de la Sierra del Almuerzo son la carrasca (Quercus ilex), el roble (Quercus robur), el brezo (Erica vagans), la manzanilla (Chamaemelum nobile), la aliaga (Genista scorpius) y el espliego (Lavandula latifolia), dentro de un rico bosque habitado por distintas especies cinegéticas.

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Enlaces de interés

 

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Etapa 1: Soria - Arancón

Camino Antonino 1


 

Numancia y la calzada romana

La mítica ciudad celtíbera de Numancia, que libró un capítulo épico de la historia de la Península, es uno de los grandes atractivos de la primera etapa del Camino Natural del Agua Soriano-Camino Antonino, un recorrido que arranca en la ciudad de Soria y sigue las huellas de la conquista romana para acercarse a los núcleos de Garray, Renieblas, Aldehuela de Periañez y Arancón.

Comenzaremos nuestra andadura a las afueras de la ciudad de Soria, que abandonaremos por el Camino del Peñón, desviándonos poco después por una pista de tierra que pasa por la trasera de una iglesia amurallada. En este trayecto, el sendero pasa bajo la variante norte de Soria y continúa casi en paralelo a la N-111, a través de la finca de El Arenalejo, dejando al oeste el Cerro Bellosillo.

En su primer tramo, el Camino Natural del Agua Soriano-Camino Antonino sigue el curso del río Duero en dirección al Norte para encaminarse hacia la localidad de Garray, muy próxima a la capital, de la que dista siete kilómetros. En su camino hacia Soria, el Duero atraviesa el Soto de Garray, una zona de terrenos aluviales de grava y arena que ocupa una extensa franja de ribera.

El Soto de Garray es una zona de gran importancia ornitológica, con más de 140 aves registradas, entre las que destacan la garza real (Ardea cinerea) y el martín pescador (Alcedo atthis). Las orillas del Soto de Garray están delimitadas por bosques de abedules (Betula sp.), sauces (Salix sp.), álamos (Populus sp.), fresnos (Fraxinus excelsior L.) y majuelos (Crataegus monogyna), entre otras especies arbóreas.

Camino a Numancia

En el camino a Garray, el sendero atraviesa una chopera y deja a la derecha un punto limpio en construcción. A la altura de la fábrica de harinas, el Camino Natural se desvía hasta alcanzar el cruce con la N-111 para entrar a Garray por el puente sobre el río Duero. Bajo los 16 ojos de este puente, del siglo XVI, se unen el Duero y el Tera, que nace al pie del puerto de Piqueras.

Después de cruzar el puente, nos iremos adentrando en el casco urbano de Garray, donde encontraremos el desvío que conduce hasta el yacimiento arqueológico de Numancia y el cartel indicativo del Aula Arqueológica dedicada al Cerco Numantino.

Situada sobre un cerro que domina la extensa llanura circundante, en la confluencia de los ríos Tera y Merdancho con el Duero, se encontraba la mítica ciudad de Numancia, emblema de la resistencia celtíbera frente a la ocupación romana, cuyos importantes yacimientos arqueológicos hacen hoy de Garray una visita obligada.

Sobre este punto estratégico, Numancia escribió uno de los capítulos más significativos de la historia de la Península Ibérica, soportando el cerco de las tropas romanas tras una recia muralla de cinco metros de altura.

Las excavaciones arqueológicas en las ruinas de Numancia llevaron al descubrimiento de dos ciudades en el Cerro de la Muela: una, la más antigua, de la época celtíbera, y otra, romana, que se construyó sobre la estructura de la primera. En las antiguas escuelas de Garray, el Ayuntamiento de la localidad ha instalado un Aula Arqueológica dedicada al Cerco de Numancia, que complementa la visita al yacimiento arqueológico. El Aula Arqueológica dedica dos espacios distintos a cada uno de los dos mundos enfrentados: el celtíbero y el romano, separados entre sí en dos salas divididas por una recreación del muro del cerco.

Sin embargo, el mundo romano no solo dejó su huella sobre la ciudad numantina. La actual localidad de Garray estaba atravesada por la denominada Vía XXVII en el Itinerario Antonino, una calzada romana que conectaba la población de Asturica Augusta (Astorga) con Caesaraugusta (Zaragoza). Esta calzada era una de las dos vías romanas que atravesaban la actual provincia de Soria, uniendo las importantes poblaciones celtíberas de Uxama (Osma), Voluce (Calatañazor), Numancia y Augustóbriga (la actual Muro).

Evocando este pasado, en los últimos años se viene celebrando una marcha denominada "Numantóbriga" sobre la Vía XXVII, con escenificaciones históricas en distintos puntos de la ruta.

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Renieblas y La Gran Atalaya

Después de atravesar Garray, saldremos de su núcleo urbano por la carretera de Calahorra (SO-615). A la altura del polideportivo municipal, nos desviaremos a la derecha por una pista de tierra que, entre acequias y extensas tierras de labor, nos llevará hasta la localidad de Renieblas. Un cerro situado al noroeste de este pueblo alberga los restos arqueológicos de varios campamentos romanos que fueron levantados durante el cerco a Numancia, y que su descubridor, Adolf Schulten, dio en llamar La Gran Atalaya.

En el cerro de La Atalaya, sobre la colina situada a unos 1.138 metros de altitud sobre la confluencia de los ríos Moñigón y Merdancho, el ejército romano llegó a erigir hasta cinco campamentos militares en sucesivas épocas. La ubicación era inmejorable, puesto que la visión de Numancia, a unos ocho kilómetros de distancia en línea recta, no presentaba obstáculo alguno. Los campamentos I y II fueron construidos alrededor del 195 a. de C.; el campamento III, levantado durante el ataque de Nobilior, es el que mejor se conserva, y llegó a estar defendido por 27 torres, mientras que los campamentos IV y V fueron datados por Schulten entre los años 75 y 74 a. de C. Hasta La Gran Atalaya también llegaba la calzada romana.

Las elevaciones del terreno son, sin duda, la principal característica del paisaje en el entorno de Renieblas, donde se distingue el Monte Tiñoso, que goza de excelentes vistas al Campo de Gómara, al Puerto del Madero, a la Sierra de Cabrejas e, incluso, al lejano Moncayo. Los habitantes de Renieblas tienen por costumbre subir a merendar al Alto del Tiñoso una vez al año. En este entorno natural también son frecuentes los humedales, donde podremos distinguir saúcos (Sambucus nigra), olmos (Ulmus sp.), álamos, sauces y majuelos.

Continuando nuestro trayecto, nos desviaremos a la derecha por un camino que cruza el término municipal de Velilla de la Sierra y, en dirección al Este, por un tramo que coincide con la calzada romana, llegaremos al núcleo urbano de Renieblas, donde el agua sigue siendo la principal protagonista.

Al entrar en Renieblas, encontraremos una senda peatonal que nos llevará hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Cruz, de estilo gótico, pero que conserva restos románicos. En su cara noreste destacan varias estelas medievales que parecen apuntar a la existencia de una necrópolis, muy cerca de la cual apareció un fragmento de miliario romano. Los miliarios eran columnas de piedra que en las calzadas romanas marcaban las distancias en millas romanas (1.481 m). En Renieblas también encontraremos las ruinas del palacio de los Luzones y tres relojes de sol en piedra realizados por Don José de Vera.

Desde la iglesia de Nuestra Señora de la Cruz, continuaremos caminando por el casco urbano y saldremos de Renieblas por el camino de Canos. En las inmediaciones de esta población, abandonaremos este camino para tomar otro que sale a nuestra derecha y que, en dirección al Este, confluye con la carretera que une Almajano con Aldehuela de Periañez. Continuando el trayecto por esta carretera, en dirección al Sureste, llegaremos a Aldehuela.

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Aldehuela de Periañez

Siguiendo los pasos de la calzada romana que unía Uxama y Augustóbriga, nos encontraremos con Aldehuela de Periañez, un municipio englobado en la comarca del Campo de Gómara que también estaba atravesado por la Vía XXVII. Testimonio de este pasado son los restos de distintas villas romanas encontrados alrededor de la localidad, donde también han aparecido asentamientos prehistóricos.

El recurso hídrico más destacado en Aldehuela es el río Chavalindo, subsidiario del Merdancho y del Moñigón, que cruza el término municipal. También existen otros arroyuelos como el de Las Navas y el del Valle. El pueblo está situado en la ladera de la Sierra del Almuerzo, en un entorno de estepa donde antaño existió un encinar (Quercus ilex), del que actualmente solo quedan algunas decenas de ejemplares.

En Aldehuela de Periáñez encontraremos la iglesia de San Juan Bautista, una construcción gótica del siglo XVI, con cabecera y crucero barrocos, en cuyo interior destacan retablos del siglo XVII y alguna talla románica. Junto a la iglesia, encontraremos una fuente construida en sillería y un lavadero típico de los pueblos de la zona.

Bordeando la iglesia, seguiremos la ruta por el camino a Arancón por una pista de tierra que pasa por un Vía Crucis. Después de cruzar la carretera de Renieblas a Aldealpozo, nos encontraremos con el camino de Renieblas, que poco a poco se va acercando a la antigua vía férrea de la línea Soria-Castejón. Antes de cruzarla, tomaremos el camino de Carramediana en dirección al Norte y, después de caminar un kilómetro, llegaremos a Arancón.

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Arancón

En las faldas de la Sierra del Almuerzo y el Cerro Cencejo, a una altura media de 1.065 metros sobre el nivel del mar, encontraremos el municipio de Arancón, cuyo término linda al norte con Narros; al sur con Tozalmuro, al este con Aldealpozo, y al oeste con Aldehuela de Periañez. Los ríos más importantes del municipio son el Chavalindo y el Cañuelo, también conocido como Trascastillejos. Arancón es un pueblo dedicado fundamentalmente a la agricultura, con terrenos destinados a cultivos extensivos de trigo, cebada, centeno y girasol.

En Arancón también encontraremos un complejo hídrico, compuesto por dos fuentes, la Fuente Vieja y la Fuente Rana, y un lavadero. Arancón conserva los restos más importantes de la calzada romana que unía Uxama y Augustóbriga. Muy cerca de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en el área recreativa junto al templo, podremos ver dos grandes miliarios datados entre el 132 y el 131 a. de C. Detrás de la iglesia, en el paraje conocido como Las Eras, se encuentran otros tres miliarios, que serán trasladados al lugar donde están expuestos los dos primeros.

La iglesia parroquial es el principal monumento artístico de Arancón. De origen románico, Nuestra Señora de la Asunción fue profundamente transformada durante el siglo XVIII. En su interior, bajo el coro, se encuentra la supuesta piedra bautismal del templo originario, además de varias tallas barrocas. La robusta torre cuadrada adosada a su planta es románica. En el cercano Cerro de San Bartolomé, donde encontraremos las ruinas de una pequeña ermita, también han aparecido restos de un antiguo castro de la Edad del Hierro.

© Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente 2013

 


 

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Desde Arancón hasta Masegoso

Torreón de Masegoso visto desde las ruinas de San Esteban

Rutas Camino del Agua o Antonino

La vía Antonina XXVII hasta el Rituerto


  • Camino Antonino
  • icono
  • icono rutas-datos• Tiempo estimado: 4 horas 30 minutos
  • icono rutas-datos• Recorrido: 20 km
  • icono rutas-datos• Dificultad: FÁCIL
  • icono rutas-datos• Bicicleta: 100%
  • icono rutas-datos• Época del año: Todo el año
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  • Lugares de interés   Mapa itinerario   Comer y Dormir
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Siguiendo los tramos menos discutidos de la Vía Antonina XXVII, esta etapa comprende los 20 km de recorrido entre Arancón, Omeñaca y Masegoso. En Masegoso, además de vestigios de la calzada romana, nos encontramos un torreón que formaba parte del sistema defensivo de la frontera cristianomusulmana durante los siglos X y XI. En este tramo también pasamos junto al puente romano de Masegoso, sobre el Rituerto.

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Lugares de interés


Iglesia de Arancón Iglesia de Omeñaca Torre de Masegoso

El Itinerario Antonino

El llamado Itinerario Antonino o Itinerario de Antonino es una recopilación de rutas del Imperio Romano que data del siglo III, aunque sólo se conserva una copia del siglo IV, de la época de Diocleciano. En él no aparecen todas las vías romanas, aunque sí deja constancia de 372 caminos que figuraban en el Registro de Pretor, es decir, las vías que formaban parte del Estado, de las que 34 correspondían a las provincias de Hispania.

En cada ruta de la red viaria romana se identificaban las millas, correspondencias y mansiones (paradas en una calzada romana para el uso de oficiales en sus viajes por el Imperio). La gran labor de los topógrafos de la época, no solo sobre distancias entre núcleos urbanos y señalización de vías, sino también sobre obstáculos, puentes, etc., puso la base de los mapas posteriores.

Las irregularidades de las etapas y los bruscos cambios de dirección de muchas de las rutas recogidas en el Itinerario de Antonino han intrigado a los estudiosos y han dado lugar a diversas teorías sobre la verdadera índole del documento que, como "guía de caminos", parece que desorienta al viajero con frecuencia.

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La Vía XXVII

La que tiene el número 27 en el Itinerario Antonino se llamó vía Asturica per Cantabria Caesaraugusta y unía las actuales ciudades de Astorga y Zaragoza, siguiendo el valle del Duero. La Vía XXVII ha sido datada en el siglo I a. de C. y atribuida al emperador Octavio Augusto. Existía ya en tiempos de Tiberio y Nerón, y fue reconstruida por Trajano. El tramo soriano pasaba por Uxama (Osma), Voluce (Calatañazor), Numantia (Numancia) y Augustobriga (Muro). Después, entraba en tierras aragonesas, pasaba por Turiasso (Tarazona) y, desde allí, continuaba hasta Caesaraugusta (Zaragoza).

La existencia de este tramo de la calzada ya se conocía desde el siglo XVI gracias al cronista aragonés Jerónimo Zurita, pero fue el ingeniero de caminos y miembro de la Real Academia de la Historia Eduardo Saavedra (1829-1912) quien localizó la Vía XXVII entre Uxama y Augustóbriga en el siglo XIX, a propósito de los estudios para el proyecto de la línea férrea entre Burgo de Osma y Soria por parte de la Compañía del Ferrocarril del Noroeste, de la que era ingeniero jefe de obras.

Saavedra describió físicamente el camino y las antigüedades que en él encontró en su "Descripción de la vía romana entre Uxama y Augustóbriga", publicada por la Real Academia de la Historia en 1879. En esta investigación alterna sus conocimientos geográficos con las descripciones e itinerarios de los escritores romanos y la información aportada por los vestigios epigráficos que halló en sus excavaciones, consistente en una abundante serie de miliarios y otras inscripciones.

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El Camino Soriano de Santiago

Omeñaca se encuentra situado en el Camino Soriano de Santiago, también llamado Camino Castellano-Aragonés, una ruta alternativa al Camino de Santiago del Ebro. La ruta jacobea de Soria está ligada en su origen a la Vía XXVII, puesto que se dice que Santiago el Mayor, después de predicar en Galicia, se dirigió a Zaragoza por este camino, evangelizando a su paso algunas poblaciones situadas en este tramo de la calzada romana, que durante muchos siglos fue uno de los ramales utilizados por los peregrinos para llegar a tierras gallegas.

Este ramal del Camino de Santiago entre el Ebro y el Duero ascendía desde la desembocadura en Amposta hasta Zaragoza y desde allí hasta Gallur, situado en la ribera derecha del Ebro, en el denominado Somontano del Moncayo. En Gallur, el trayecto se desviaba hacia el Oeste, pasaba por Soria y enlazaba en Santo Domingo de Silos (Burgos) con la Ruta de la Lana, que venía de Valencia por Cuenca. Otra alternativa era la utilizada por los peregrinos de la zona de Sagunto que, después de pasar por Teruel y Catalayud, llegaban a la ciudad de Soria y continuaban el camino descrito anteriormente.

Actualmente, el Camino de Santiago Castellano-Aragonés discurre en parte por la calzada romana de Astúrica a Caesaraugusta y por el Camino Natural del Agua Soriano-Camino Antonino. La ruta atraviesa lugares de enorme valor cultural y paisajístico, como las localidades de Borja, Tarazona, Ágreda y la ciudad de Soria, y espacios naturales como el Parque Natural del Moncayo, la Sierra del Madero, el Cañón del Río Lobos o los Picos de Urbión.

Rutas del Camino de Santiago Soriano

Los despoblados

Durante la Baja Edad Media, en el Sistema Ibérico castellano prolifera la despoblación de pequeños núcleos situados en las serranías. En Tierras de Soria y de Ágreda este fenómeno tuvo especial incidencia durante el siglo XV, dando lugar a conflictos por el aprovechamiento agropecuario de los terrenos de estas pequeñas aldeas abandonadas.

Para que un lugar perdiera su condición de entidad de población no era necesario que fuera abandonado completamente, bastaba con que quedaran menos de cinco vecinos para que fuera declarado como despoblado (derraygado). El término se incorporaba entonces a los realengos, aunque se mantenía el derecho de propiedad a los particulares que los tuvieran reconocidos y pudieran demostrarlo.

En muchos casos, la despoblación de estos lugares fue aprovechada por miembros de la oligarquía que, buscando su expansión señorial, usurparon numerosos términos para incrementar sus tierras de labranza, apropiándose de terrenos comunales y baldíos de la entidad de población desaparecida.

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Las torres vigías

En la zona del valle del Rituerto y el Campo de Gómara abundan los restos de edificaciones árabes que en su día formaron parte del sistema defensivo de la frontera cristianomusulmana. A principios del siglo X, los cristianos consiguen desplazar la frontera hasta el Duero y el Califato de Córdoba decide reforzarla con distintas construcciones defensivas.

Torres como las de La Pica, Aldealpozo, Castellanos del Campo, Noviercas o Masegoso pertenecían a esta red defensiva. La mayoría de ellas son de origen bereber y han quedado incluidas en la denominada Ruta de los Torreones, que discurre por el entorno del Moncayo.

Estos torreones también fueron lugar de refugio para la población local en caso de asedio. Solían tener una cámara que hacía las veces de granero y un pozo que se alimentaba de un manantial, con el fin de asegurar la resistencia en caso de un sitio prolongado.

Todas estas torres se caracterizan por su robustez, aislamiento y altura. Son de planta rectangular, con una entrada elevada, a la que se accedía por una escalera que era retirada en caso de asedio. En algunos casos, como el de la torre de Masegoso, las paredes se estrechan en altura y la mayoría apenas tiene ventanas.

link Ruta de los Torreones

 

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Etapa 2: Arancón-Masegoso

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La vía Antonina

La segunda etapa del Camino Natural del Agua Soriano sigue los pasos de la Vía XXVII del Itinerario Antonino por un trayecto de 20 kilómetros que discurre entre las localidades de Arancón y Omeñaca y los despoblados de La Pica y Masegoso, coincidiendo en buena parte con el tramo de la calzada romana que unía Augustóbriga y Numancia.

Los miliarios romanos de Arancón, que pertenecieron en su día a la Vía XXVII o Vía Antonina, ponen el punto de partida a una segunda etapa ligada estrechamente al tramo de esta calzada romana que cruzaba la provincia de Soria, y que comunicaba las poblaciones de Uxama (Osma), Voluce (Calatañazor), Numancia y Augustóbriga (Muro).

Para ello, saldremos de Arancón por el camino de Carramediana con dirección a Omeñaca, el siguiente punto en el Camino del Agua Soriano. En esta etapa, el sendero discurre casi en paralelo a la vía del tren de la línea Soria-Castejón, hoy abandonada, y muy cerca de la antigua calzada romana, coincidiendo con ella en algunos de sus tramos.

Después de salir de Arancón, avanzaremos por el camino de Carramediana durante un kilómetro y medio, aproximadamente, y cruzaremos la vía férrea, para volver a coincidir con el trazado de la calzada romana. Continuaremos caminando en dirección al Este y en paralelo a la línea de ferrocarril. Primero, lo haremos por el sur de la vía, hasta la Cañada Real Soriana Oriental. Después, volveremos a cruzar la vía férrea hacia el Norte y continuaremos avanzando en paralelo a ella durante algo más de un kilómetro para volver a cruzarla hacia el Sur, siguiendo un cordel de ganados.

Llegaremos así a la carretera de Calderuela, donde giraremos en dirección al Sur por una pista que lleva hasta la carretera nacional 122. Cruzaremos la N-122 y seguiremos avanzando hacia el Sur para tomar la V-3613, por la que continuaremos caminando durante 1,3 kilómetros. A esta altura, tendremos la opción de desviarnos a la izquierda por el camino del Conejo, que nos conducirá hasta La Pica, o continuar de frente y recorrer los apenas 500 metros que nos separan de Omeñaca.

Situada al sur de la Sierra del Almuerzo, y al pie de la Sierra de la Pica, Omeñaca es una pequeña población de la comarca del Campo de Gómara que pertenece al municipio de Arancón. En Omeñaca encontraremos la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, del siglo XII, y de origen románico, del que destaca su pórtico, relacionado por una leyenda con los Siete Infantes de Lara. El templo actual es el resultado de la evolución del primitivo edificio románico a lo largo de los siglos.

Volviendo sobre nuestros pasos y retomando el Camino Natural donde lo dejamos, en las inmediaciones de Omeñaca, continuaremos caminando unos 3,8 kilómetros hasta llegar a La Pica, un despoblado situado sobre un promontorio que domina la vega del río Rituerto, en la ladera noreste de la Sierra de la Pica, donde los matorrales de tomillo (Thymus vulgaris) y espliego (Lavandula angustifolia), y alguna encina dispersa (Quercus ilex), salpican el paisaje.

El término de La Pica fue declarado como despoblado en 1496 y las propiedades quedaron en manos de los sucesores del regidor Juan de Saravia. En 1684, se instituye un título nobiliario sobre el despoblado, el marquesado de La Pica, que desde su creación ostentaba una familia chilena, los Bravo de Saravia, descendientes del linaje de los Salvadores.

Hoy en día, La Pica pertenece al municipio de Tajahuerce y allí encontraremos una torre defensiva, la conocida como Torre de la Pica o Torre de los Salvadores, que en su día formó parte de una red de vigilancia junto a las torres de Aldealpozo, Castellanos del Campo o Masegoso.

Los últimos habitantes de La Pica abandonaron el lugar en el siglo XVIII y, en la actualidad, todavía se conservan restos de lo que fue el palacio de los Bravo de Saravia. En los alrededores también se encuentran las ruinas de una pequeña iglesia románica y una fuente-pozo que ha sido restaurada, junto a una pequeña área de descanso.

Desde La Pica, tomaremos dirección norte durante 1,5 kilómetros y rodearemos El Cerrillo, hasta la mojonera con Aldealpozo, por una senda que parte de la margen derecha del camino. A partir de aquí, proseguiremos por la pista hacia Tajahuerce y a poco más de un kilómetro nos desviaremos a la izquierda por un camino que nos llevará hasta Masegoso. En este despoblado podremos admirar su conocido torreón que, elevado sobre una amplia planicie, se halla al pie de la calzada romana.

Por este tramo, que coincide en parte con la Vía XXVII, también pasaremos junto al puente romano de Masegoso, sobre las aguas del Rituerto. El puente de Masegoso, con más de diez metros de longitud, consta de tres bóvedas de cañón simétricas y su estructura está realizada en una excelente sillería; el resto es de mampostería.

© Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente 2013

 


 

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